junio 22, 2024

Diario el Analísta

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¿Cómo será el servicio de alojamiento web en un futuro próximo?

El hosting o alojamiento web supone el motor de cualquier página en lo relativo a la velocidad de carga y a la adaptabilidad a las necesidades de sus usuarios en términos de diseño, pero ¿qué debe tener un óptimo servicio para superar cualquier expectativa y garantizar el éxito de una página?

Las claves para elegir una empresa de alojamiento web adecuada

El hosting más adecuado es el que garantiza dos aspectos esenciales. El primero es una velocidad de carga que no supere los dos segundos y medio. Y el segundo es la posibilidad de contratar planes con distinta capacidad de memoria para que el usuario pueda ir ampliándolos a medida que la demanda de su idea crezca. Al mismo tiempo, es fundamental contar con servidores dedicados y en la nube, para facilitar la descarga de una copia de seguridad en caso de ataque cibernético. La ayuda de un agente especializado que indique cuáles son los pasos que exige cada etapa del proceso es de vital importancia para lograr mayor repercusión con cualquier tipo de sitio web.

Confiar en una única empresa que cuente con los servicios anteriores es una base sólida para comenzar a trabajar, pero el futuro del alojamiento web pasa no solo por disponer de un espacio dedicado, sino también de poder configurarlo al gusto del consumidor. Los diseños barrocos con imágenes por doquier, menús desplegables y demás elementos gráficos le han cedido su espacio a la usabilidad. Huir de los alojamientos web demasiado económicos, o demasiado caros, para pagar exclusivamente por lo que se utiliza es siempre un importante sinónimo de ahorro y de fiabilidad.

Una nueva etapa en el sector del alojamiento web

Respecto a las tendencias en términos de hosting web, a la empresa que ofrezca el servicio hay que exigirle que aclare cuáles son los métodos de seguridad que aplica. Un sello SSL y una protección concreta para los ataques DDoS son imprescindibles para frenar la acción de los ciberdelincuentes. Si no se necesitan tantos gigabytes, no hay motivo para pagarlos y tampoco para abonar un contrato muy atractivo en cuanto a su precio, pero poco eficaz en cuanto a prestaciones. Ninguna empresa que ofrezca estos servicios ha de ser contratada por lo que cuesta su trabajo y sí tras leer los detalles de cada plan, del tipo de servidor (hay que evitar los compartidos, ya que fomentan que otras web con mayor necesidad de memoria lastren el avance de las restantes) y de la atención directa al cliente.

Así, el buen alojamiento web es el que no se ciñe a estructuras fijas que terminan por lastrar el sitio web. Más bien, se trata de crear propuestas a medida que se adapten totalmente al flujo de la oferta y de la demanda. La personalización, y el apoyo de una empresa con experiencia en el sector, son solo dos de los múltiples factores que terminarán convirtiendo un espacio en Internet en uno mejor adaptado a las exigencias de cada nicho de mercado.